El Protocolo de Kyoto y el Acuerdo de París representan dos esfuerzos cruciales de la comunidad internacional para abordar el desafío del cambio climático. Ambos acuerdos buscan reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, pero difieren significativamente en su estructura y alcance. Dentro de sus diferencias destaca el «Mecanismo de Desarrollo Limpio» (MDL).
El Protocolo de Kyoto, adoptado en 1997, estableció objetivos de reducción de emisiones legalmente vinculantes, principalmente para los países industrializados. Este enfoque diferenciado se basaba en el principio de «responsabilidades comunes pero diferenciadas».
En contraste, el Acuerdo de París, alcanzado en 2015, llegó a adoptar un enfoque más inclusivo. Este acuerdo invita a todos los países a establecer sus propias Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional y a esforzarse por limitar el aumento de la temperatura global muy por debajo de 2 grados Celsius con respecto a los niveles preindustriales, buscando incluso limitarlo a 1.5 grados Celsius. A diferencia de Kyoto, las NDC no son legalmente vinculantes a nivel internacional.
MDL – Mecanismo de Desarrollo Limpio, significado e historia
Un mecanismo importante introducido bajo el Protocolo de Kyoto fue el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL). El MDL permitía a los países industrializados invertir en proyectos de reducción de emisiones en países en desarrollo y generar créditos de carbono que podían utilizar para cumplir sus propios objetivos de reducción.
Este mecanismo tenía el propósito de promover el desarrollo sostenible en los países en desarrollo y, al mismo tiempo, ofrecer flexibilidad a los países industrializados. Dentro de casos reales de éxito, por ejemplo, se tiene a la empresa Petramás en el Perú.
Esta empresa, siendo de inversión 100% privada, informó dentro de una entrevista brindada por su líder, el Dr. Jorge Zegarra Reátegui, que apostó por implementar estos macroproyectos, significando un avance para el país y haciendo de Petramás un modelo a seguir.

La repercusión de estos acuerdos en el cambio climático es fundamental. El Protocolo de Kyoto sentó las bases para la acción climática internacional y demostró la viabilidad de establecer objetivos de reducción de emisiones.
Sin embargo, su alcance limitado a los países industrializados hizo que su impacto global fuera menor de lo esperado. El Acuerdo de París, con su participación universal y objetivos más ambiciosos, tiene el potencial de generar un impacto mucho mayor en la mitigación del cambio climático.
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